Analizar o desarmar algo en sus partes componentes puede quitar la magia al truco. Pero para mí, como para muchos, descomponer algo en sus partes puede resultar fascinante. Creo que la magia es la genialidad de que están dotados quienes tienen el talento de lograr construir un mecanismo funcional que desencadene emociones explosivas como la risa, por ejemplo.
¿Por qué no examinar los artefactos de la diversión? Quizás es un afán intelectualista, quizás nos provoque mayor admiración al autor, quizás veamos los elementos de esa obra como piezas preciosas del ingenio estético…¡y no porque hagan reir tienen menor valor artístico, eh! más bien creo que justamente en eso yace el ingenio.
Veamos pues, de manera superficial, exponiendo el análisis de Henri Bergson sobre la risa, y contrastándolo con las hilarantes obras musicales de Les Luthiers, Virulo, MedioEvo, no hago sino admirar el genio de quien puede provocar deliberadamente una explosión tan espontánea como la risa, con las connotaciones sancionadoras, contestatarias, liberadoras y/o tendenciosas que pueda tener.
En una entrada anterior hablé sobre la risa como reacción a la falta de elasticidad y sociabilidad. Si prestamos atención a lo que ocurre en el mundo, podemos adaptar nuestro comportamiento y si no lo hacemos es porque actuamos mecánicamente. Esta mecánica puede resultarnos hilarante. En el caso que hoy presento, la mecánica de los eventos hace que se confundan dos hechos independientes ¿Por qué la confusión? Porque en cada hecho independiente las palabras y los actos de cada quien en su propio interés, por separado, coinciden con el interés del otro, que usa el mismo campo de palabras, pues son los mismos hechos asociados, generando un equívoco.
Lo que el autor de la comedia vigila es que ese doble hecho sea renovado constantemente ante la amenaza de ser disuelto y reveladas las contradicciones implicadas. Se prorroga un lamentable desenlace, se arregla el estado de confusión para que haya armonía aparente entre los eventos y entre sus protagonistas. Mientras que los personajes armonizan en ese vaivén, el espectador
pasa de este juicio al verdadero, oscila entre el sentido posible y el real, y de esta fluctuación entre dos interpretaciones, nace la distracción.
Henri Bergson, La risa.
Según Bergson es el error que armoniza por tanto tiempo, esa tensión renovada, la que nos produce risa. La causa de lo cómico aquí es la interferencia de series: dos esferas de significado coliden pero armonizan porque coinciden en ciertas formas. Ese espacio de armonía es una tercera esfera, que flota y vuela biasociando hechos diferentes de manera totalmente imprevista. Es un hecho genial producirlo y mantenerlo. Esto es parte de lo que hace un humorista ¡Arte! ¡Ingenio! ¿o no?
Veamos este diáologo entre el cantante y sus músicos ¿Será una interferencia de series?
Y vos, decime ¿qué otra pieza de otro humorista consideras que consiste en una interferencia de series? Ayudame a enriquecer este artículo dejando tu sugerencia en los comentarios.